4 de març 2004

¿Qué nos jugamos?

Esta es la pregunta que gran parte del electorado independentista de
Euskal Herria se estará haciendo estos días, y consecuentemente,
planteándose la conveniencia de participar en el proceso electoral.
¿Nos jugamos realmente algo quienes aspiramos a un Estado Vasco
independiente? Depende del punto de vista: a corto plazo podría
pensarse que no, pero creo que estas elecciones tienen más
importancia de la que pensamos para los movimientos políticos que a
medio y largo plazo puedan darse en el mapa electoral de Euskal
Herria.

Además del argumento utilizado repetidamente por los diferentes
partidos de que es necesario estar donde se discuten los intereses de
nuestro pueblo, los resultados obtenidos por las fuerzas políticas de
nuestro país pueden forzar el replanteamiento de estrategias asumidas
por éstos. Por primera vez en estos últimos años EA concurre en
solitario a las elecciones, alejada del PNV, en el ámbito del
nacionalismo vasco que no comparte las vías político-militares de ETA.

EA hace una apuesta arriesgada pero coherente con la línea política
ganadora en el último congreso. Su proceso interno de cambio, de
reorientación estratégica de la política hacia un ámbito de
independentismo pragmático y social había de encarar en algún momento
su viabilidad en este país, alejado del nacionalismo de campaña
electoral y de una práctica política diaria poco coincidente con la
necesidad de asumir riesgos políticos en las instituciones vascas,
con el objetivo de orientar este pueblo en una dirección de
emancipación social y nacional. La respuesta que los ciudadanos den
al proyecto que representa EA confirmará lo que miles de ciudadanos
de este país pensamos: es necesaria y positiva una fuerza política
que aúne independentismo con pragmatismo y valores nacionales con
valores sociales. Por resumirlo gráficamente: es posible estar en las
instituciones para legislar de forma que el gobierno ultra-derechista
del PP recurra la ley antes de su publicación (Ley de Sistema
Universitario Vasco) y participar en Eztabaidagunea para avanzar en
la resolución del conflicto y en la construcción nacional.

Las apuestas estratégicas de los partidos no han de variar como
consecuencia de sus resultados electorales, pero es indudable que los
partidos sólo disponen de las elecciones para medir el grado de
aceptación de su actividad política. La viabilidad del nacionalismo
que representa EA, las puertas abiertas que ha mantenido a Batasuna
cuando los demás miraban a otro lado y las denuncias de vulneración
de derechos individuales y colectivos desde todos los puntos de vista
y en todos los ámbitos pasan un examen capital. Por eso, quizás nos
juguemos más de lo que pensamos en estas elecciones. El tiempo dirá